domingo, 28 de abril de 2013

Nuestra querida piscina del club Ferca San José

Aún recuerdo las distintas sensaciones que sentía cuando me aproximaba a nuestra querida piscina. Algunas veces andando por la ruta inamovible de mi casa a la piscina (Con mi madre cuando era muy pequeño, con mis hermanas cuando era pequeño y por último yo sólo cuando me creía ya mayor) y otras veces, por la ruta inamovible en el coche de mi padre.

Sensaciones muy distintas según el día, la época y sobre todo según mis compañeros de fatigas. Siempre tenía ganas de ir por esto último, ver a mis amigos y amigas del club.

Fui de los privilegiados que han visto el paso del tiempo de aquel recinto deportivo y sobre todo social, donde se han vivido toda clase de historias de lo que significa la vida en todos sus sentidos.

Crecí buceando y escribiendo nombres en el musgo que se impregnaba en los fondos de la piscina, oliendo el cloro en estado puro, lanzándome progresivamente, según mi valentía, de las distintas alturas del grandioso trampolín olímpico que coronaba la pileta. He crecido intentando cazar patos y anguilas con las manos en la piscina pequeña, que siempre, por alguna extraña razón, el agua estaba caliente. Pero sobre todo crecí entre mis mejores amigos y compañeros que me enseñaron mucho de lo que sé y de lo que soy.

Gracias a tod@s.

Salut i metres

David Argente

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